Tuesday, April 25, 2006

Cazando figuras con una Polaroyd

Merlín el mago al lado de Snoopy. Un máscara china recostada sobre un dragón. Un pequeño cofre de sillar, sin nada al interior, haciéndole sombra a un grillo de plástico y a un relicario de Fray Bartolome. Esos son todos los diminutos adornos que decoran mi repisa de discos. Confundido entre ellos está también la cajita con el Crépuscule de Polaroyd.
La historia dice que Roger es Lunik, un fanático de los Flying Sauccer Attack, ferviente lector de poesía, traductor y profesor de idiomas. Como Lunik Roger ha editado un par de discos muy interesantes, recogidos en edición doble bajo el nombre de Portanube. Dichos trabajos muestran su gran talento para la elaboración de canciones así como su poca habilidad, bien controlada, para terminarlas. Valga decir que antes de hacer canciones Lunik hace bocetos, borradores. A eso se le suma las condiciones ultraprecarias que asumiría para grabar dicho material: solamente se valió de una grabadora reportera, una guitarra eléctrica prestada por unas horas, el uso de su aspiradora para crear atmósferas, y su voz. Grabó una vez y los resultados no cumplían las expectativas: lo había hecho demasiado bien, demasiado limpio. Volvió a regrabar la cinta sobre otra cinta, así una y otra vez hasta que de tanto desgaste convirtió la grabación en una cosa no muy definida: el his se convirtió en el elemento clave de su sonido, aprovechándolo de una manera que superaba de lejos lo impresentable pero descubría a la vez un mundo propio. Le sacó el jugo a la posibilidad del Lo Fi (en calidad de audio hace ver un disco de Daniel Johnston como uno de Iron Maiden) y con eso definió un territorio personal: lo más cercano a una voz perdiéndose en la niebla, ahogándose en un crispado sonido de fondo armónicamente sucio, para lanzar desde allí uno que otro delirio apenas legible pero reconocible como eco poético. Si el célebre Further de los Flying Sauccer Attack es lo más cercano de oír en un canal a Nick Drake y en el otro a una lavadora industrial, Portanube se inclina a ser más un espejo de la sucia opacidad del cielo limeño, de ese melancólico y grisáceo manto que, vaya Dios a saber porqué, está allí encima de nosotros y de ese modo.


*

Llegado el día, Roger conoce a Ángela. Ángela conoce a Roger. Van a una sala de ensayo, graban dos temas y esos primeros intentos llevan el nombre de Polaroyd. La cosa va bien y un ensayo más los eleva al punto que deciden editar un disco. Lo graban en las condiciones más pulcras posibles pero usando apenas lo indispensable: sólo sus voces y un pequeño teclado Casio. Al poco tiempo tienen ya un pequeño álbum (una edición en mini cd) al que llaman Crépuscule, el primero de una trilogía (el segundo estaría ya a punto de salir). Los chicos están en vuelo.
Con Polaroyd las cosas han cambiado aunque se conservan ciertos postulados inherentes a las búsquedas de Roger. La edificación de un mundo personal que colapsa sin miedo con lo real. Ángela y Roger se convierten en Icaboh e Issey Satori. Abandonan su idioma natural y prefieren el inglés y el francés. Y en general todo el disco, desde el arte cuidadosamente trabajado como el sonido, busca documentar una fantasía, tétricas caritas amables y mundos de quimera, como diría Eguren, vienen a nuestro encuentro liberadas de esta suerte de minúscula caja de Pandora.
Crépuscule es austero. Y sin embargo hay cierto aire borroquista. Uno siente que esta música funcionaría bien con cellos, violines y un piano, pero es sólo un Casio y voz, y es asombrosamente suficiente. En cierto modo prefiguran ese mundo que algunos podrían vincular con la avanzada neogótico etérea de la 4AD. Aunque también es cierto que en Polaroyd hay erudicción, conocimiento e intuiciones, pocas ganas de anclarse en cualquier tradición que no sea para ir hacia adelante. La dupla bebe también del drone y sugiere pequeñísimos atisbos de improvisación. Hacen de su brevedad un trabajo de fina arquitectura, orfebrería de los mundos ficticios, un relato bien escrito, una historia bien contada. Si por un momento dejamos de limitar la poesía al terreno de lo escrito, Crépuscule es perfectamente un poemario musical, valga la redundancia, influido por la poesía romántica y el simbolismo.
Crépuscule ha sido una grata sorpresa para quienes disfrutamos de los paraísos y los infiernos de la imaginación. Un disco que ahora atesoro entre mis imprescindibles. Una delicattesen que tiene el encanto de lo sencillo y del misterio.


PD. Como el disco no se encuentra fácilmente (en realidad no se encuentra) les dejo aquí el mail para los interesados en adquirirlo.

Monday, April 17, 2006

Gepe: Un joven cantautor


Quizá el nombre de Daniel Riveros no le sea tan familiar a muchos en el Perú pero en Chile es toda una revelación. Riveros ha sacado adelante un proyecto solista llamado Gepe y con él un disco muy interesante que lleva por nombre Gepinto (previamente había editado un ep). A sus 23 años Riveros es un fanático total de Victor Jara y los Sonic Youth y puede jactarse de ser uno de los cantautores más prometedores de nuestro vecino país del sur.
Gepinto llegó a mis manos gracias a un buen amigo peruano residente en Chile quien con un fervor rosante con el fanatismo me instó a que escuchase este disco. Así lo hice y tengo que decir que desde entonces Gepinto ha sonado en mi equipo de manera casi religiosa. ¿Qué hace atractivo a Gepe? Supongo que emociona la fuerza interpretativa de Riveros. La capacidad de ir del sosiego a la euforia, una melancolía que traza puentes con la canción chilena y el intimismo folkie de Nick Drake. Un espíritu folklorista que teje relaciones con un mundo al que también ha estado expuesto, un mundo contemporáneo, cosmopólita, en donde cada cosa suena en su lugar. Un feliz matrimonio de la tradición y lo nuevo. Ese espíritu lo percibí también en Taller Dejao, la banda donde Riveros canta y toca batería (banda que participó de la compilación de grupos hispanoamericanos que editó Autobús). Pero Gepe tiene esa cosa que lo hace cercano.
Y es que en su forma de pensar Riveros es absolutamente de ahora, y por sobre todo, lúcido. Al escucha un tema como Namas la piel se me ha puesto de gallina. La intensidad de la canción se concentra en esas problemáticas líneas que me persiguen: “sino tengo na’ que decir sino tengo na’ que cantar pa’ que pierdo el tiempo entonces si lo dicho ya dicho está”.
Quien era este Gepe me preguntaba al escuchar el disco. Bueno, buscando en la red encontré una entrevista en la que Riveros, al ser preguntado si siente identificación con la movida folk que encabeza Devendra Banhart, concluye con una idea que me parece muy pertinente: "A mí lo que más me interesa mostrar es que creo que como chilenos o sudamericanos o no sé qué somos, lo que nos diferencia del mundo anglosajón es que somos súper precarios. Allá nacieron las orquestas, las bandas, las marchas. Y nosotros aquí con un cultrún. Entonces por qué no ver esto o mirarlo como en desmedro en pos de querer hacer una canción con cellos, vientos, trompetas. Eso no nos es fácil, y entonces nunca lo vamos a poder hacer".
En verdad, ahora que lo pienso (y el disco de Autobús es una prueba de eso), muchas buenas bandas independientes en Latinoamerica tienen, más allá del estilo, cierta austeridad en su sonido (ni que decir del Perú), cierta precariedad que hasta cierto punto las hace distintas y especiales, pues las obliga a encontrar nuevas salidas, las fuerza a emanciparse de esa pomposidad y las hace ser también un poco más crudas y directas.
Más adelante Riveros dice algo bastante que sin duda para muchos puede sonar polémico, a propósito también de estos tiempos de promiscuidad sonora y apertura: "Me gusta hacer tocatas con otra gente, con distintos estilos de música, para agrandar los públicos. Y ahora hay una tendencia a escuchar de todo, por el Soulseek más nada, una misma persona tiene carpetas de hip-hop, metal, ambient. Son signos de los tiempos que hay que escuchar y aprovechar. Es como de nuestra generación, porque yo veo en gente de 26 para arriba, como (Rodrigo) Santis, que tienden a no faltarle el respeto a los estilos. En cambio ahora a los pendejos les da lo mismo y en un compact... qué, ni siquiera escuchan compacts: en iPod, pueden tener cualquier cosa, una canción de Cyndi Lauper, de Madonna. Ni un respeto. Eso es lo mejor. Ni un respeto por las cosas. Simplemente admirarlas y absorberlas, todo el tiempo".

Sunday, April 16, 2006

El agua

En sólo cuestión de minutos la luna desapareció sepultada por una espesa masa de nubes blancas percudidas, dando inicio oficialmente al día. Todos estábamos sobre la arena de Punta Hermosa mirando una y otra vez como iban y venían las olas, llenando con conchitas y piedritas una botella vacía de cerveza, escuchando a alguien hablar sobre Eddie Murphy, sobre lo mucho que le gustaba el doblaje al castellano de Eddie Murphy: ”el tipo es pésimo, pero en castellano es increíble, soy fanático del que lo dobla”. Una risa, dos risas, tres risas. Suficiente. NO daba para más.
La fiesta en la casa se había acabado hacía una hora, o algo más. En caravana, algunos nos fuimos a ver el mar. Esa cosa romántica y gelatinosa que significa ir a ver el mar. Y nos quedamos allí. Viendo, beviendo, confundiendo una cosa con la otra. Hasta quedarnos dormidos.
En determinado momento subí hasta el borde de la pendiente para ver a mis amigos recostados sobre la arena. Al observarlos desde allí me acordé de una película llamada Begoten, allí se ve a unos seres que uno no puede determinar si pertenecen a una raza primigenia o si son los últimos sobrevivientes luego del Apocalipsis. Por un momento mis amigos me resultaron seres que habían colonizado la playa, que se habían integrado a la arena y al mar. Por un instante pensé también en los Nautiloides.
Pero nunca apareció un barco, ni a mis amigos les crecieron membranas, ni oficiaron rituales sangrientos, ni vimos a ningún dios-que-se-mata-así-mismo. Así que bajé de mi nube. Lo más cercano a la irrealidad que ocurrió fue que desapareció un vodka. Entero. Y nadie sabe como. Lo habían llevado para beberlo en la playa y este, con sólo un vaso servido, de pronto se esfumó. No pudo llegar hasta el mar pues estábamos a muchos metros de este, por lo tanto debía estar metido entre la arena, pero nunca apareció.
Luego todos nos levantamos y cada quien encontró su camino. Me fui a casa temprano. Debían ser las siete de la mañana tal vez. Dos horas de viaje. Dos horas dormido en el asiento delantero de una combi. Cuando llegué, mi madre y mi hermana se preparaban para ir a hacer su periplo respectivo. Las habían invitado a pasar el día a El Silencio. Dormí tres horas más y luego dejé pasar el rato escuchando música y acabando de leer un libro. A las cinco de la tarde me fui a Miraflores a visitar algunas galerías de arte que esperaba se encuentren abiertas. No fue así. Mientras iba yendo de un lugar a otro tuve un raro encuentro con fugas de agua. Subiendo por Comandante Espinar al Óvalo Gutierrez vi un tanque reventado en una esquina, botando un chorro enorme que convertía a la pista en un verdadero río. Me costaba creer que alguna calle de Miraflores estuviera alguna vez emposada de agua, pero así fue. Unos adolescentes en bicicleta emocionados por la aventura empezaron a cruzar una y otra vez, excitados de comprobar las bondades de sus montañeras todo terreno. Luego, ya cerca del Óvalo Gutiérrez, en una callecita colindante vi la cosa más artística que jamás he visto en mi vida en Miraflores. Qué galerías ni que Miro Quesada ni que ocho cuartos. Una tubería se había reventado justo en la fachada de una casa, de modo que, cual evacuación diurética, se elevaba por los aires un chorro majestuoso de agua que bañaba la ventana y el auto estacionado en el pequeño jardín. Por un instante dudé y creí que el sistema de riego se les habría estropeado pero grande fue mi sorpresa cuando vi que no había ninguna manguera ni caño abierto sino que el chorro provenía del medidor de agua cuya tapa había sido volada, dejando que la tubería rota y descontrolada bañe todo el lugar. El paisaje me parecía fascinante. Imperturbable como buen anochecer de un sábado de gloria. Me quedé contemplando un rato. Parecía que no había nadie en aquella casa. La gente pasaba haciendo una curva.
He visto muchas tuberías rotas, muchos fugas de agua, gente poniendo saquillos de arena a sus puertas, aguas negras correr llevando enfermedades, pero esto me pareció de una belleza casi celestial. El agua era cristalina y se esparcía dejando que la luz atraviese cada gota generando efectos prismáticos. La caída contra el auto y la ventana emulaba el sonido crocante de la lluvia sobre los árboles. Parece que exagero, pero no, era un espectáculo de reales dimensiones olímpicas. El anónimo autor de tan fastuoso evento debe sentirse orgulloso. Su trabajo a diferencia de tantos otros no sólo se reducía al mero acto provocador, a la mera intervención per se, “que malo soy” o cosas por el estilo. En su provocación había una búsqueda obsesiva de plasticidad, de equilibrio formal. Es lo que en buen lenguaje podríamos llamar un esteticista. Pero aquello era lo obvio. Lo complejo radicaba en la forma como articulaba discursos que venían de igual modo del land art, la escultura contemporánea, cierto hiperrealismo, el minimalismo, el arte conceptual, la performance y la imagen publicitaria. La acción del individuo parecía reducirse a una instrucción que podría sintetizarse así: “profane un medidor de agua, rompa su tubería y dejé que los chorros bañen los alrededores.“ Ignoro si era en el terreno del lenguaje donde al anónimo autor le gustaba moverse, en los intersticios, si de existir una instrucción previa, por ejemplo, descubramos que todo esto se trataba de una performance musical como las del viejo Paik. Nunca lo podremos saber y quizá allí radica lo extraordinario de todo esto: el autor como una entidad subversiva y anónima que a su paso por la ciudad deja su huella catastrófica pero llena de belleza. Aparentes hechos fortuitos que de pronto reconfiguran nuestro paisaje cotidiano y lo vuelven hermoso en su terrible realidad. Y es que no sólo somos expuestos a la fragilidad de las construcciones donde vivimos sino también al deterioro que carga nuestra urbe. Metonimia de una ciudad. Un chisguetazo como síntesis del tiempo que se pierde y no vuelve. La erosión. Una fuga que los barrios más pudientes no pueden esconder. Cambian los elementos, el espacio, el distrito, pero la acción simbólicamente se efectúa, los hechos ocurren y connotan, el agua fluye, chorrea, como signo que quiere establecer un nuevo punto de partida, un cauce nuevo, una transformación: un ejercicio de limpieza.

Absorto y conmovido abandoné el lugar. Estaba hecho una centella y tenía tantas ganas de contarle a la gente lo que acababa de descubrir. Pero no dije nada a nadie, y creo que nadie parecía notarlo. Quizá algunos que pasaron por allí se habrán llevado una grata impresión. Otros quizá vieron el chorro y les pareció pintoresco o les molestó simplemente que les salpicara el agua.
Llegué a mi casa por la noche. Había estado caminando por más de tres horas de un lugar a otro. Estaba cansado. Encendí un rato el televisor y vi que estaban dando un programa cómico, se trataba de una secuencia en la que había un concurso de comediantes. Algunos de los chistes estuvieron buenos. Mi papá se reía desenfrenadamente. Al acabar el programa a él se le ocurrió contarme algunos chistes también, ya que estábamos en el tema. Estuvo sin gracia, pese a sus reiterados intentos y entonces prefirió hacer un gesto: alzó un puño y me dijo ¿sabes qué es esto? No, le dije. Y colocó sus dos puños, uno pegado al otro, y dijo: es la mitad de esto. Tras un rato de silencio, me empecé a reír y no sabía exactamente porqué.

Sunday, April 02, 2006

Breves



Norberto Cambiasso ha iniciado un nuevo proyecto bloggero llamado Skoob:"Skoob es books al revés que quiere decir libros en inglés. Remite a las Skoobtowers de un artista británico llamado John Latham y que falleció a comienzos de año". El blog estará centrado en los libros y al parecer tambien en el arte contemporáneo. Acaban de subir un post sobre el artista conceptual norteamericano Wayne Hill y de como un señor que había asistido a la exposición, al parecer muerto de sed, se bebio, literalmente, su obra.

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Esta semana se inicia una serie de actividades en homenaje al artista peruano Jroge Eduardo Eielson. El martes 4 de abril, a las 7.00 pm se proyectara un video que documenta el paso de Eielson por la Bienal de Trujillo del año 86. Habrá además un conversatorio que contará con la presencia de Emilio Tarazona (quien ha publicado un inubicable libro sobre la obra visual de Eielson) y de Augusto Del Valle. El 21 de abril disertaran sobre su obra escrita Luis Fernando Chueca y Renato Sandoval. Y el viernes 28 de abril habra una performance sonora que contara con la presencia Raul Gomez de Jardín y Carlos Estela, de a revista de poesia Mano Falsa.



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Mas Telefonica. Este viernes 7 a las 7pm es la presentación de Liquidarlo Celuloide en Telefonica, como parte del ciclo de ambientaciones sonora (luego toca el turno de los trujillanos Jardin Solar). La entrada a todas estas actvdades es libre.

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Tributo a Throbbing Gristle en Argentina. El sello argentino Mun Records acaba de editar "Sufre desesperadamente sufre" Tributo a los geniales Throbbing Gristle (si, ya sé, el título recuerda a una célebre canción popular local). En el tributo participa Leonardo Bacteria con su ex proyecto Insumisión (el tema fue hecho mientras Insumisión estaba vivo, aunque la grabacion cuenta con gente que luego estaría involucrada en Pestaña, su nuevo proyecto, y tambien de Dios Hastio).
En el disco también aparecen algunos nombres conocidos como Alan Courtis, Farmacia, Vluba y Pablo Reche. Aun no escucho el disco, pues aun no llegan las copias. Los interesados pueden dirigirse a esta direccion:
mun.discos@gmail.com
www.myspace.com/mun_discos

Les dejo aqui el track list:

1. Kiev - IBM
2. Aire'n'Terre - Hot on the heels of love
3. La Función de Repulsa - Discipline
4. Emisor - Final muzak
5. Leandro Uría - Slug bait (ICA)
6. Vlubä - Zyklon b zombie
7. Clomatron - 20 Jazz Funk Greats (Gas version)
8. Epiref - Don't do as you're told, do as you think
9. HG (BTB + Fluor) - Hamburger lady (AM radio
version)
10. MHz - Convincing people
11. Farmacia - What a day (TG24TG+)
www.farmacia-24hs.com.ar
12. Pablo Reche - Beachy head (Rechermix)
www.pabloreche.com.ar
13. Anla Courtis - In the shadow of the sun (Versión
centrípeta)
14. Claravox - Six six sixties
15. Insumisión - We hate you, little girls (Niñitas,
las odiamos)
16. Puffy Eyes - United
17. Alter Breitenbach - AB/7A (Static noise mix)
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