Monday, August 08, 2005

La hoguera de las vanidades

La blogadicción empieza a generarme problemas. Pasó todo el día pensando si tendré tiempo de postear algo. No puedo imaginarme abandonando este blog, dejando de escribir en él para siempre. A estas alturas significa bastante para mí. En este blog he estado escribiendo muchas cosas que sólo converso con mis amigos más cercanos. En realidad abandonarlo es imposible. Qué haría, tendría que hacer otro blog, con otro nombre, pero no, lo del elautobus está bonito.



Siempre me dije, tarde o temprano tengo que ir a un desfile de modas. O sea, a uno real, con modelos y gente estrambótica con lentes y ropa colorida, drogados de flashes, ego y música dance, luciendo lo mejor de sus guardarropas y saludando al más desapercibido. Porque es divertido ver como los humanos se convierten en máquinas placenteras, en maniquies parlantes dejándose seducir por un mundo hecho para el instante y el olvido.
Bueno, el viernes estuve en un lugar así. En un desfile diferente, organizado por gente joven y diferente. El lugar estaba repleto de personas de entre 20 y 30 años, con una leve mayoría masculina. Los diseños tenían un común denominador: era ropa bastante juguetona, fresca, con mucha sensibilidad pop. Las chicas estaban muy guapas, unas más desinhibidas que otras, más coquetas que otras, con más curvas que otras. El público estaba muy atento a detalles mínimos en la ropa, dando a modo de piropo una que otra sugerencia sobre que no usar.
“Ella ha sido mi ex”, decía alguien detrás de mí con soberbia y algo de teatralidad, cada vez que pasaba frente a nosotros una a quien se le había apodado como La diva. A su costado, otro le respondía, “¿Así?” “Bueno, esa que está allí ha sido mi ex”. Luego este le volvía a decir: “Te equivocas, ella ha sido mi ex!” Siguieron hablando, “La tuve que dejar porque me exigia demasiado, yo antes era robusto y ahora estoy flaco, me secó”. No podía escuchar todo lo que decían pero de rato en rato gritaban cosas como: ¡¡¡Que buen polo!!!. En determinado momento desfiló una de las modelos con una casaca diseñada por una de las chicas de El Gato Espacial (una casaca con una capucha con orejitas) intervine en la acalorada discusión respecto a la necesidad de una cola de gato en el traje de la modelo. “Tendría que ser una cola de gato que saliera de debajo de la falda” “No” “Podría ser una cola de gato para poner debajo de la falda” Volteó para mirarnos la chica de El gato espacial al escuchar el comentario. Creo que no era una mala idea después de todo.
El desfile siguió, había un diseño que incluía un polo con un estampado de los Guns’n Roses. Había música de Miranda.
“Cade vez me gusta menos ese grupo” le decía a un interlocutor habitual “A mí cada vez me gusta más ese grupo” me decía este. “Pero el grupo que ya no soporto es Entre Ríos, ya me parece el colmo de lo dulcete lo último que he escuchadp de ellos, es la misma nausea que sentiría si me comiera cinco kilos de suspiros limeños”.



Delante de mí había un tipo con un polo que decía: “Soy nerd y guapo”. ¿Se imaginan eso? No puedo creer que se hagan estampados con un eslogan como ese, o sea, puedo creer que alguien se asuma como nerd y guapo pero llevarlo impreso en un polo me parece la cosa más huachafa del mundo, y en pleno desfile de modas!! No entiendo estas cosas.
Por allí también vi a los integrantes de Bad Crew, un grupo que habia visto en vivo un día antes en un concierto en el Ekeko. Fue la cosa más desopilante y mal hecha que he visto en mi vida. O sea, eran malos de malos, como dicen, malos con ganas, cinco ineptos subidos a un escenario, cero destreza musical, cero música, cero todo y estaban allí subidos, divirtiéndose (hicieron un cover de “Yolanda” de Pablo Milanés que dejó horrorizado al dueño del local). Por ahí alguien dijo no muy alegre “Me pareció una cosa nociva”. Que cinco muchachos se atrevan a subir a una escenario a tocar cualquier cosa (o sea cualquier cosa) sólo prueba que algunas cosas en el Perú hace tiempo que no inspiran ningún respeto.
El desfile terminó, luego como si se tratara de una caravana medio local terminó en una fiesta que al parecer no era una fiesta y donde la dueña del santo no conocía a nadie. Una situación muy incómoda en realidad. Pese a todo por algunos instantes la pasé bien.