Recuerdo que cuando adolescente un amigo me recomendó que para calmar mis ímpetus y desenfrenos, comprara un juguete barato y concentrara toda mi energía y empezara a destruir dicho juguete a patadas, a puñetes, o como mejor pudiera. Luego de eso me iba a sentir mucho mejor. Y así lo hice.
Con el tiempo la música se convirtió en una buena manera de efectuar la terapia. Recuerdo que descubrí el metal en un momento oportuno y los discos de Slayer cumplieron su cometido de manera cabal. Pasado el tiempo, canciones de otras bandas han ido ocupando el lugar de los temas de Slayer, ya no tanto porque estas fueran más violentas (o tal vez sí) sino porque estas me resultaron lo suficientemente catárquicas como para sentir que mientras las ponía liberaba todo el demonio que tenía adentro.
A ver, indispensables para superar una catástrofe o en su defecto hundirse más (cosa que no le deseo a nadie, pero están advertidos):
Suicide: Rocket USA
Atari Teenage Riot: Fuck All!!!
The Stooges: L.A. Blues
David Bowie: Five Years
Sonic Youth: Death Valley ´69
Einstürzende Neubaten: Tanz Debil
R.H.Y Yau: Incident H
Throbbing Gristle: Discipline
Joy Division: Interzone
Pere Ubu: Final Solution
Iggy Pop: Funtime
The Birthday Party: The Friend Catcher
Pixies: Letter To Memphis
Bauhaus: In The Flat Field
Disco Inferno: Even The Sea Sides Against Us
PIL: Under The House
Monday, July 12, 2004
Dear Catastrophe
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