Tuesday, December 28, 2004

Ultrabebes

Los resultados de la encuesta de lo mejor del año, realizada vía Internet por el diario El Comercio, ha dado como ganador a los skabilly de Turbopótamos en los rubros de mejor grupo y mejor disco peruano de rock del año. En el primer apartado le sacan puntos de ventaja a Cementerio club, Mar de Copas, Tk y 6 voltios. En el segundo superan al “Semáforos” de Catervas, al “Hormigas boca arriba” de Abrelatas, al “Pez raro” de El Hombre misterioso y el “Radio Komodo” de Manganzoides. La elección del disco de Turbopótamos puede resultar comprensible, pues se trata de una de las bandas independientes más populares de nuestro medio. Pero la realidad es que la producción de material este año ha sido escasa, en términos de efectividad, han aparecido buenas bandas con discos interesantes más no del todo contundentes. Y bueno, se trata de El comercio, y como tal, al confeccionar las listas para la elección uno nota que no han asomado mucho sus narices en el under.
Pero no objeto el reconocimiento a Turbopotamos, que me parece justo, ya que es un reconocimiento al esfuerzo de la banda de trascender una esfera underground para escalar lugares, sin dejar de serle fiel a sus convicciones, lo que los ha llevado a telonear a Kinky y a darse el lujo de hacer presentaciones solos y repletar locales. Hoy por hoy, Turbopotamos debe ser de las bandas de rock que se respeten localmente, la más profesional, la más disciplinada y el reconocimiento es totalmente justo, aunque lo del disco puede ser muy discutible.
Creo que por su factura, por su cuidado y por su vocación de riesgo uno de los discos de rock más interesantes editados localmente en el 2004 ha sido el debut de Serpentina Satélite, “Long Play”. Desde aquí un reconocimiento a este olvidado disco y un jalón de orejas a los redactores de El comercio por ni siquiera tomarlo en cuenta al elaborar las listas de votación. Es algo que no entiendo. En realidad no entiendo el periodismo musical de oficina de este país. Pero ahora me queda claro lo que decía Juan sobre la crítica de rock en el Perú y sobre el peligro de adjudicarle a los críticos un valor de termómetros.