Thursday, February 28, 2008

Los niños y su mundo o el arte de hacer una compilación




Siempre he tenido especial interés en escuchar discos compilatorios que no sean del tipo “grandes éxitos” sino de esos que están armados siguiendo esa norma clásica del mix tape. O sea eliges tus canciones favoritas, les das un orden, un título y ahí tienes: una compilación absolutamente novedosa y fresca. A lo largo de mi vida he hecho muchas compilaciones, sea para regalar a amigos, a chicas que me gustaban, sea porque tenía el encargo (muchas se han publicado), sea porque había una idea que me obsesionaba y de pronto encontraba que había suficientes canciones como para compilarlas en un disco (me he quedado noches enteras dándome el gusto de hacer una compilación porque no iba a poder dormir sino la terminaba).
Cuando en una compilación la idea logra trascender a cada tema y todo el disco se hace sólido a pesar de las diferencias que pueda haber entra tema y tema es porque se ha conseguido hacer una buena compilación. Pero también es fundamental el orden de los temas, la secuencia que hace que de uno a otro la cosa fluya o se quiebre naturalmente. Recuérdese que ante todo es música y lo que importa es disfrutarla. Las mejores compilaciones, a mi gusto, son aquellas donde hay libertad de poder hacer de todo, donde sabes que lo que tienes no es un disco sino un tiempo (60 minutos, 50 minutos) donde todo puede pasar. Valoro mucho cuando se trata de canciones o temas que nadie había notado que eran geniales hasta que un oído iluminado descubre la genialidad oculta al fondo de un disco y te saca una joya. Y por último, una compilación debe tener un mínimo de sentido del humor o frescura. Esas compilaciones para cortarse las venas no corren. Nada más aburrido.
Una de las compilaciones que me ha dejado con una sana envidia y con unas ganas alucinantes de armar la mía personal ha sido Latinamericarpet exploring the vinyl warp of latin american psychedelia recientemente editada por Sublime Frequencies. No sólo cumple absolutamente con todos los requisitos arriba señalados sino que además se da el lujo de conseguir otra cosa (que si lo consigues tu compilación es genial!): crear un universo musical o la ilusión de su existencia.
Vayamos en orden. Actualmente existe todo un boom de músicas periféricas, que se han vuelto la mejor alternativa para alimentar la ilusión de un camino distinto, con reglas de juego distintas ante el hastío que produce la música actual y que nos hace sentir que hay mucho pero mucho por descubrir. Un sello como Sublime Frequencies anclado en Seattle (dirigido por Alan Bishop, junto a Rick Bishop miembro de los Sun City Girls, una banda fundamental de free noise rock) ha sabido encontrar un nuevo nicho en la experiencia de lo nuevo: el choque cultural que nos sacude y asombra, descubriendo para el mundo músicas populares de los rincones más inhóspitos del globo (África, Asia, Latinoamérica, etc), conectando también con la anulación de la distancia de una época tan marcada por la virtualidad y la idea del “tiempo real” (sí, casi siento que estoy en Tailandia o Sumatra cuando escucho esos discos y esos programas de radio, es que realmente estoy ahí a mil kilómetros de ahí!!). Lo especial de Sublime Frequencies es que la música es presentada con la radicalidad que a veces se hecha en falta a mucho del mundillo de la World Music. De ahí que no sean ajenas las guitarras eléctricas o los sonidos electrónicos acompañando ritmos tradicionales en fusiones realmente desconcertantes. Nada está maquillado ni pasteurizado. Sublime Frequencies te muestra las cosas en bruto, tal y como son, eso explica también su interés por editar grabaciones de programas de radio, con la aleatoriedad que eso implica.
Prueba de esa radicalidad es un disco como Latinamericarpet exploring the vinyl warp of latin american psychedelia un disco pensado para un público que ha ido descubriendo los poderes de la psicodelia sesentera latinoamericana (donde la peruana ocupa un lugar especial) y que busca abrir aún más el panorama y encontrar ese espíritu psicodélico en esa música que fue concebida con propósitos, digamos, más amables: viejos vinilos de los 60s y 70s de música infantil, de lecciones de ingles, de relajación, de programas de concursos, discos de música popular varios y otras rarezas exóticas que compilados a modo de un collage o mix tape muestran un ángulo diferente de nuestro imaginario popular latinoamericano (concretamente de Brasil, Chile, Perú, México, Argentina y La Isla de Pascua). Para que se hagan una idea de los participantes por el lado peruano: Yola Polastry, Los Destellos (quienes sirven de portada), Conjunto Condemayta De Acomayo y La Gringa Inga (dos temas de su disco de lecciones de ingles!!). Los estilos son variados, desde huaynos, música surf, canciones infantiles, cumbia, rancheras en clave easy leastening, psicodelia, drone (!!!), etc.
“Todo el cerebro, toda la mente sirve como caja de resonancia que surge en forma de espiral y en forma de espiral penetra directamente al entrecejo” así inicia un tema que insospechadamente termina en un drone alucinante, sacado ni más ni menos que de un viejo disco argentino de relajación.
Fascina pues que es una selección de temas hecha por un oído preocupado en descubrir sonidos insólitos, gags y todo tipo de experiencia sonora atípica que hace de la suma de sus partes un verdadero elogio a la inocencia subversiva, a lo absurdo que aparece como desenfreno de alegría y espíritu lúdico, y es imposible no pensar en cierta sintonía Dadá por ese énfasis tan marcado en el mundo de los niños.
La compilación termina siendo una auténtica experiencia psicodélica, una alteración de los sentidos, pero sobre todo una experiencia de júbilo en donde la música se desarrolla con una inocencia y libertad que arrastra ese carácter lúdico y nos hace participar por casi una hora de una fiesta inolvidable. Yo he quedado literalmente exhausto al oír este disco y me he sentido como un niño destruyendo todo a mi alrededor en exaltación de alegría y juego. Sin duda esta es una de las compilaciones más atípicas y desconcertantes que he escuchado. Bájensela y disfrútenla. Aquí nada sobra.