Monday, March 14, 2005

Sobre un disco raro y más bla bla bla

Estoy colgado. Atorado. Botando espuma por la boca. Hecho un idiota. Dando movimientos sobre el suelo como si me hubiesen abierto con un cuchillo y estuviera chorreando mis últimos suspiros de líquido rojo. Mi papá dice “esa música que escuchas es satánica”. Uhm. Algo de razón tendrá, aunque francamente, en mi humilde colección de discos no encontrarán black metal, algo que definitivamente no me enorgullece. Lo más satánico que tengo es un disco de My Life With The Thrill Kill Kult, una banda de la que mi buen amigo Juan Diego profesa la extravagancia de ser fan (no sé de nadie más que guste de ese extraño grupo de black techno industrial kitch). Son divertidos pero tendría que estar muy borracho para poder hacerles justicia de fan. Prefiero el destripamiento sonoro de un bizarro colectivo de artistas vocales que en el 2004 han publicado un disco bajo el nombre de Five Men Singing, música a la que mi papá se refiere como satánica. Bueno, de satánica no tiene nada estricta ni explicitamente, sin embargo si tiene una conexión con ciertas prácticas de heregía medieval, extrañas invocaciones y estados de trance que servían para alcanzar elevaciones divinas que según se ha relatado, permitían expulsar a Dios fuera del tiempo. Ajá, se trataba del “bruitismo medieval” que tiempo después serviría de base para el origen de la poesía dadaísta o poesía simultánea que artistas como Huelsenbeck llevarían hacia sus límite, naciendo así la poesía sonora, entre alaridos que desarticulaban el lenguaje y expresaban el sin sentido de una época azotada por la carnicería de la guerra mundial.
Heredando esa tradición, los Five Men Singing, colectivo de ilustres artistas vocales (sólo faltó Mike Patton y la alineación hubiese sido más que histórica, de hecho ya lo es), son capaces de arrancar alaridos a sus gargantas como si se hubiesen convertido en machos cabríos y estuviesen teniendo sexo con brujas, chanchos y cualquier animal que se cruce en el camino y pueda chillar por tiempos sostenidos. Imaginen un coro conformado por extraños seres como Goullum del Señor de los anillos o ese raro y feo personaje de Enemigo mío. La experiencia llega a ser tan estruendosa que no podrías creer que se trata de voces humanas. Puedes vincularlos con los mantras de los monjes tibetanos pero estos tienen en solemnidad lo que FMS tienen de absurdo y disonancia. Lo de Five Men Singing llega a tener momentos de fascinante desagrado sonoro, sonidos mutantes que no sabes que tipo de raza de la noche lo puede estar generando. Pueden arrancarte una risa morbosa o el pánico absoluto, pero jamás indiferencia. Recomendado si tienes ganas de escuchar algo realmente extraño y extremo.

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En alguna parte debe de estar. El poemario de Giuliana Llamoja se ha convertido en uno de los libros más morbosamente deseados de leer por quien esto escribe. Los extractos que he podido leer reproducidos en algunos diarios locales me han parecido fascinantes, una poesía oscura y desgarradora, como diría El Buho en su muy leída, y siempre acertada, columna del diario El Trome. No sé como demonios conseguir ese poemario. Sé que ganó un concurso de poesía de la UNIFE pero no sé si está publicado. Quien tenga más datos por favor infórmeme.

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Valentín, ¿tu sabes lo que significa si en realidad lograses construir con latas de pringles esas antenas para piratear Internet? ¿Tu sabes lo que eso significa? El Perú se convertiría en el país donde para los piratas definitivamente no hay obstáculos. Masificación del soulseek. Wow!!
Siguiendo con las noticias hackers: en la avenida Wilson venden unos programas que te permiten abrir cualquier correo electrónico. Cuestan 15 lucas. También te venden otro programa, los muy pendejos, que te permiten proteger tu correo de este tipo de programas que abren cuentas. En realidad el uso de estos softwares no es tan sencillo pero bueno, para los loquitos Internet supongo que será pan comido.

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Para acabar, ya está a la venta el fanzine Dos chicas. Incluye un super comic de Eliana Otta que no pueden dejar de leer (snif). De venta en los huecos de siempre.
Tengo en mis manos el segundo número de la revista Deskarga, dedicada básicamente al rock local. Ya hablaré más, de pasada comentaré algunas otras revistas de música que han salido últimamente por estos lares.
Una última, ¿Se han dado cuenta que el suplemento El Dominical de El Comercio se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en la cosa más aburrida del mundo? Prefiero leer al Buho. Apago el televisor.