El rock peruano es un demo, un ensayo, el esbozo de algo que alguna vez será. Más allá de eso es incierto. Y lo de Rayobac es una prueba. Una de las bandas más prometedoras de nuestra incipiente escena, la que iba a salvar a la producción local de su mediocridad, los destinados a ser los siguientes Electro-z; no han pasado de ser un proyecto fugaz, una anécdota de nuestra historia rockera reciente. Con escasísimas presentaciones (suficientes como para llamar la atención y darles cierta aureola de culto) y notables participaciones en diversos discos compilados, el anunciadísimo álbum debut de Rayobac iba a encargarse de hacer del mito una realidad. Pero el tiempo ha pasado, problemas que sólo los involucrados sabrán, han impedido que el disco vea la luz pública. Y de la banda no han quedado más que algunos registros, (disponibles en su website), demos, ensayos. Esbozos que prefiguraban de qué podía ser capaz Rayobac. Algo que quedó demostrado para los que pudieron verlos en vivo y para los pocos que han tenido la suerte de escuchar el inédito disco en cuestión. Otra hubiera sido la historia si el álbum hubiese aparecido en su momento, por lo grande, como iba a ser, tal vez algo hubiese sucedido, tal vez nuestra historia guitarrera reciente hubiese sido más interesante, tal vez hubiese marcado un precedente, en fin. No se trata de lamentarse, aunque no deja de entrarme rabia de sólo pensar en cuantas oportunidades se dejan pasar.
Alguien se ha encargado de insuflarle algo de vida a esa suerte de alma en pena que es Rayobac. Con integrantes repartidos en otros proyectos (y países) y sin certeza de saber si algún día se juntarán de forma estable, la noticia más reciente y saludable que nos llega del célebre inédito cuarteto es la aparición de un breve disco editado por la pujante disquera local/on line Internerds Recors. El disco, como bien se informa post abajo, recoge un ensayo grabado en el verano del 2001, cuando el grupo lo integraban entonces Miki Uza, Valentín Yoshimoto y Carlangas García en guitarras y Francisco Melgar en voz y batería (luego Francisco dejaría la banda y se incorporaría Neto Perez en la teba, con quien grabarían los temas para el citado álbum debut).
El sonido de este disco dista mucho de lo que hemos podido apreciar en los conciertos así como de lo que está registrado en el álbum que aún no sale (y que tuve la oportunidad de escuchar alguna vez). En el 2001 la banda parecía más dirigida al indie rock, a cosas como Yo La Tengo y los temas más melódicos de Sonic Youth. Aun no parecían tener esa necesidad de cubrir con chirriantes capas y hacer murallas de necio noise, aún no se descubrían como adiestrados alumnos de los Sonic Youth más densos ni del post rock slow de Mogwai. En Rayobac había más presencia melódica, más formato canción. Carlangas no parecía obsesionado aún con el sonido de sus osciladores, no había abstracción. No había desborde ruidoso. Había mesura, había cierta alegría y encanto naif que luego transformaron en apabullante ruidismo guitarrero. Eran tiempos para soñar.
Aunque el audio no sea muy óptimo (algo que es secundario cuando hay bondad musical) este lanzamiento de Internerds (disponible sólo on line) es un simpático compendio de canciones bonitas para silbar, garabatos sonoros llenos de agradable desgano e intimismo. Y de momento la única producción “oficial” que podemos escuchar de los Rayobac, cuyo talento descansa por ahora en un disco en alguna gaveta de algún armario de algún cuarto que esperamos pronto abran.
mas info: www.rayobac.com
www.internerds.org
Friday, March 25, 2005
El rock peruano es un demo
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