Lo de la revista ha tomado saludable curso por fin. Incluí a último momento reseñas de dos discos de bandas peruanas que están buenísimas. En su defecto tuve que purgar algunas cosas. Así es la vida, en realidad no me agrada eso de estar sacando cosas a último minuto, me complica el trabajo pero a veces no puede evitarse. En medio de la purga eliminé algunas reseñas que hice que no me dejaban del todo satisfecho, creo que podrían ser mejores pero igual, al no haber otro lugar donde ponerlas las pego aquí en el blog. Ya daré más noticias de la revista, está demorando pero paciencia que está quedando muy bonita, los textos puestos a mano se han multiplicado.
TO ROCOCO ROT
Hotel Morgen
Domino
Nunca seguí la trayectoria de To Rococo Rot, más allá de algún ep y algún otro disco que alguna vez me pasaron. Sé que son naturales de Berlín, y lo integran los hermanos Robert y Ronald Lippok, además de su colaborador Stefan Schneider, y que tras estarse multiplicando en diversos proyectos solistas, editan este nuevo álbum llamado Hotel Morgen, un título que describe perfectamente esa atmósfera de comfort que este tiene.
Investigando en la biografía de la banda, uno descubre los vínculos que esta ha tenido con circuitos artísticos alemanes, apoyando con sonido en algunos proyectos de instalación. Tal vez condicionado por esa información, no dejo de pensar, al oír a los TRR, en las frías estructuras minimales de las galerías de arte moderno y me imagino a un público que oscila entre la vanguardia y el pop, entre lo moderno y lo kitsh, entre el arte y el style. Es como ver un clip televisivo. La música de To Rococo Rot funciona perfecta para sonorizar esos informes de inauguraciones de muestras de arte, siempre con tanto caché y aroma de catálogo y vino.
Hotel Morgen tiene ese toque estilizado y sofisticado que no daña oídos, que complace, pero a su vez es lo suficientemente arriesgado y de melodías retorcidas como para tener que hablar de él en términos más serios. La música de estos alemanes mantiene aquí ese carácter pausado aunque rítmico que los ha definido, como ellos mismos dicen, en “una música al borde de la música de baile”. Y si bien sus momentos más veloces los muestran como adictos a la pista, resultan más interesantes cuando ponen el freno y su música se torna compleja y sutil.
Leo que mucho citan a Tortoise cuando hablan de To Rococo Rot. En realidad, no sé por qué, supongo que se debe a que los alemanes son un perfecto ejemplo post rock en cuanto al planteamiento de la guitarra, pero a diferencia de los de Chicago, esta no cumple para ellos un papel preponderante.
Volviendo a lo primero. No sé exactamente si “Miss You” alude al mundo de las pasarelas o de las reinas de belleza , pero el tema calzaría perfecto en Fashion TV, si es que ya no lo han puesto.
RATATAT
Ibid
XL
Ratatat es el proyecto de un atípico dúo conformado por Mike Stroud y Evan Mast. El primero, un esmerado guitarrista (miembro además de la banda del singular Ben Kweller) y el segundo un maniático de las máquinas y la electrónica. El disco, grabado y planeado en un apartamento del musicalmente convulsionado Brooklin, apuesta por un sonido cuasi guitarrero, melancólico, que no oculta su simpatía por pericias y ejercicios estilizados y hasta virtuosos, a la par de una plataforma electrónica sencilla pero eficaz y en ciertos momentos con algunos atisbos de complejidad, que nunca llega a mayores, nunca pretende más que su propia sencillez. Hay guiños al hip hop en las bases y en algunos samplers. Sin embargo el mundo de Ratatat no está situado en las calles sino más bien en mundos oníricos y épicos.
Los Ratatat no parecen ser precisamente una banda más del montón pero por lo visto han crecido con ese montón. De hecho la portada de su disco los vincula directamente con toda esa generación que apareció con The Strokes, incluso en determinado momento del disco, irrumpe un riff de guitarra bastante fuerte, aunque sea sólo para asustarnos un instante pues desaparece sin más.
Estos guiños a tradiciones musicales alternativas neoyorquinas me hace pensar en un conocimiento del sonido nativo de NY que tiene Ratatat. Aunque este no se exprese de manera directa, uno termina con la idea de estar ante una banda que es el resultado de ese pasado y ese conocimiento asimilado (un poco eso justificaría el sampler de voz inicial en donde se alude a la memoria, y al hecho de extraer los sonidos de esa biblioteca personal, o algo así). Desde el punto de vista musical, el sonido que logran es simpático aunque nada fuera de este mundo, de hecho, puedes no escucharlos y no te has perdido de nada. Sin embargo no resultan una típica suma de influencias, ya que se respira una atmósfera que por alguna extraña razón resulta atrayente y misteriosa. No sé exactamente por qué, ni en que radica eso. Creo que están a punto de descubrir algo.
Sunday, November 21, 2004
Dos reseñas fuera
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